El secreto del éxito de LINE, una de las marcas disruptivas que manejamos cada día, se encuentra (una vez más) en la originalidad y la iniciativa. Supieron hacer lo mismo que otras compañías anteriores pero dándole el toque único que caracteriza a la compañía. Y es ahí donde incorporaron sus intangibles, ese modo de hacer que es único y que han sabido incorporar a su valor de la marca.
De la aplicación a la marca disruptiva
Aunque es una de las aplicaciones más utilizadas, LINE podría suponerse que es una app de mensajería instantánea más, diseñada para funcionar en móviles, ordenadores y Mac capaz de enviar imágenes, vídeos, mensajes de audio y llamadas VoiP. Pero donde esta start up rompió con los moldes fue cuando decidió hacerse diferente y cambiar los clásicos iconos de otras aplicaciones reemplazándolos por un singular y exitoso sistema de pegatinas (sus populares stickers).
La aplicación posee unos 500 millones de usuarios en el mundo y su descarga es gratuita a través de App Store o Play Store.
¿Cómo surgió?
Una de las curiosidades de esta marca es su nacimiento. Durante un terremoto en Japón en 2011 se colapsaron las líneas de teléfono y muchas cayeron, de modo que unos trabajadores de la empresa surcoreana NHN, que también es dueña del buscador Naver, tuvieron la idea de crear una interfaz para comunicarse entre sí, su nombre fue LINE. Dos meses después la lanzaban al público en general.