juan palomo

Contratar a Juan Palomo en tu empresa puede salirte muy muy caro. Aunque de entrada te parezca lo contrario.

El otro día, en el metro, no pude evitar escuchar una conversación en la que un amigo le decía a otro:

—    la verdad es que es un coach formidable y las dinámicas que realizo con él me están ayudando mucho.

Su amigo, que escuchaba atentamente, le contestó:

—    Ah, qué bien, ya me lo pasarás.
—    ¿El qué?, ¿su teléfono?
—    No, los apuntes.

Y es que vivimos en el país de Juan Palomo en el que, por lo que se ve, todos sabemos hacer de todo y funcionamos con eso del “yo me lo guiso y yo me lo como”.

En los más de veinte años que llevo en el mundo de la comunicación estratégica, jamás he visto un proyecto realizado por Juan Palomo que haya cumplido con las expectativas del cliente.

Y esto se debe, principalmente, a un concepto fundamental: no puede haber proyecto eficaz sin un equipo de trabajo completo.

Pongamos como ejemplo un proyecto web estándar y analicemos paso a paso.

  • Conocimientos. En un proyecto web básico participan ¡como mínimo! cuatro departamentos: estrategia, diseño, contenidos y producción web. Un equipo de trabajo contaría con al menos cuatro profesionales. En cambio, cuando Juan Palomo entra en acción, tiene que ser capaz de realizar el trabajo de al menos cuatro expertos. Tú y yo sabemos que no lo va a hacer todo bien.
  • Plazos. Por supuesto, una página web estándar desarrollada por un equipo profesional (si el cliente cumple con su parte, evidentemente) se realiza en el plazo de un mes sin demasiados problemas. En cambio, los sitios web realizados por Juan Palomo, ya se sabe: suelen ser eternos.
  • Rentabilidad. Cualquier página web se proyecta para que tenga conversión, o sea, para que ayude a la empresa a vender, para que genere un determinado volumen de negocio, de modo que los plazos breves son necesarios. Pero no hablamos solo de plazos, sino de eficacia. Porque las páginas realizadas por Juan Palomo ni convierten ni se rentabilizan porque ni están pensadas desde la estrategia, ni atienden a criterios de usabilidad y diseño, ni cuentan con contenidos ni con integraciones eficaces. Porque todos esos son los factores que determinan que una página cumpla con el cometido para el que fue pensada.

En definitiva: es posible que con Juan Palomo estés pagando un precio bajo por tu web. O por tu folleto de presentación. O por tus catálogos de producto. Pero te saldrá muy caro cuando compruebes que al hacer así las cosas, estas no cumplen con su cometido: ayudarte a vender.

Vuelve a pensarlo: ¿quieres que la inversión en comunicación de tu marca no te salga cara? Mata a Juan Palomo.

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